Un buen barniz para parquet es aquel que conserva nuestra madera sin variaciones de color, transparencia y sin que se alteren sus condiciones físicas (escamados, agrietamientos…)
El barniz adecuado ha de ser resistente al agua, los productos químicos de limpieza y que resista el desgaste de uso.
A menudo el cliente es pide el barniz más duro que existe. El barniz más duro en el mercado español es el más desaconsejable, el urea, pues se pone blanquecino en presencia de humedad, no admite limpiezas, es tóxico y tiene el pero envejecimiento de entre todos los barnices. Comentar también que es el más barato y que en el centro de España es el barniz más usado con diferencia.
Un material duro es frágil, se casca con los impactos y no acompaña a la madera cuando esta cambia de tamaño. Ésto produce que se rompa en escamas.
En el mercado español existen los ureas, poliuretanos al disolvente, nitrocelulósicos y poliuretanos al agua.
Desaconsejamos totalmente el uso de barnices de urea. Los poliuretanos son mucho más adecuados pero siempre que sean de dos componentes, los monocomponentes no tienen ni de lejos la misma resistencia.
Dentro de los poliuretanos es mejor utilizarlos al agua (en base acuosa) pues los otros (al disolvente) tienen un comportamiento impredecible (cráteres, pinchos, falta de esparrame) y son muy tóxicos e incómodos para un acabado en un hogar.
Los nitrocelulósicos son más propios de la industria del mueble y también son bastante tóxicos.
Evidentemente no tienen el mismo precio ni exigen el mismo trabajo. Para comparar presupuestos tenemos que saber que tipo de barniz nos van a aplicar.
El urea suele valer entre 10-12 €/m2, es el más barato y como tiene un espesor enorme suele ser el favorito de los chapuceros, ya que tapa los fallos de lijado y esconde temporalmente despegues en el parquet.
Un buen barniz para parquet vale bastante más. El poliuretano al disolvente vale entre 12- 16 €/m2 y aunque su duración es muy aceptable, tiene los inconvenientes de ser tóxico (acusado olor a pegamento), inestable en el resultado y presenta riesgo de deflagración.
El poliuretano al agua tiene precios que van desde los 17- 24€/m2, aúna las ventajas de los poliuretanos al disolvente con una mayor seguridad en cuanto a sus acabados y riesgos para la salud. No es apto para cualquier profesional, exige mucho conocimiento, trabajo y dedicación. Por ello es frecuente que quien no da la talla los denoste dicendo que eso es «solo agua» cosa que es una rotunda mentira.
En cuanto al brillo podemos diferenciar, en orden del más bajo al más alto entre supermate, mate, semimate o satinado, semibrillo y brillo.
Los ureas sólo los hay en semibrillo, los poliuretanos los encontramos en todas las categorías.
En cuanto al tiempo de secado, mientras que un urea puede tardar en su última mano de 2 días hasta semanas, dependiendo de la temperatura. Los poliuretanos necesitan 24 horas y los poliuretanos al agua suelen poder pisarse en seis horas, aunque estos tiempos varían con la humedad y temperatura y suele ser aconsejable dejarlos secar un día entero.
Para la protección de las maderas en exteriores se suelen usar lasures o aceites.
Los lasures no se conservan muy bien y necesitamos lijar la madera con frecuencia.
Los aceites de exterior suelen ser bastante más aconsejables, solo necesitan un mantenimiento periódico para renovarlos y dejarlos como el primer día, sin tener que perder material por lijados profundos.
Aunque en el cuadro pongo que una vez aplicados no se pueden volver a barnizar hay una excepción que son los aceites 2k, con endurecedor, que nos permiten barnizarlos para no recurrir al mantenimiento continuo o para poder obtener brillos.
Existen barnices con filtro uva, que evitan el deterioro que la luz solar provoca en todos los tipos de barniz. Son más caros pero pueden ser una mejor solución en exteriores o estancias muy iluminadas.
Algunos barnices pueden ser combinados para mejorar sus propiedades. Es muy frecuente dar dos manos de urea y rematar en poliuretano, aunque es más bien una forma de barnizar de hace treinta años. Así lo hacíamos cuando trabajábamos con mi padre.