El Seguro del hogar y tu parquet.


El seguro y el parquet es una mezcla que no suele acabar bien. Cuando manifiesto mis opiniones sobre lo que la mayoría de los profesionales hacen en mi tierra, Castilla, muchos se ofenden y se irritan y se escudan diciendo que es lo que les pagan y yo mismo puedo entenderlo porque todos tenemos familias que mantener.

Siempre defiendo al parquetista y le entiendo, como no. Yo he aplicado muchos pisos en urea, en poliuretano o mezcla de ambos.

Sencillamente llevo mucho tiempo haciendo esto y no siempre hubo otra solución para proteger un parquet.

A finales de la semana pasada recibí una llamada de teléfono que rozaba la angustia.

Llevaban un mes con la habitación para una niña levantada porque el seguro les había lijado la habitación y a parte de quedar mal, olía bastante y les preocupaba que su hija se viera perjudicada por ello. Me comentaron que les iban a dar un barniz de poliuretano para arreglarlo pero ya no se fiaban… y me llamaron.

Meter una habitación en pleno verano no es una idea muy aconsejable para una empresa de parquet pero la desesperación de esta mujer me hizo buscarla un hueco y hacer la habitación de marras.

Os muestro el resultado del trabajo realizado por el “profesional” del seguro, no voy a hacer mención del producto, ni el fabricante, ni el “profesional”, ni la conocidísima aseguradora pero como vea un comentario de alguno de los “no aludidos” si que los mencionaré pues los conozco a todos, como no.

El lijado era correcto para un urea, sin pulido orbital, y como dieron las dos primeras manos con espátula, eso se fue al garete pues no taparon bien sus propios fallos de acabado, la última mano la dieron a brocha con excesivo calor y presentaba granitos. Se apreciaba un intenso olor a formol.

Cuando apenas tenía una mano, tuve una conversación que creo que es muy valiosa, pues esta vez no es mi opinión sino la de tres mujeres de diferentes edades que estaban allí mientras lo hacía.

Evidentemente la dueña del piso estaba para pocas concesiones con seguro y parquetista y los puso verdes. Yo defendí al parquetista porque literalmente para doce y a veces menos euros que le pagan, no puedes esperar más que que te lijen con dos lijas y lo barnicen con la espátula y urea.

Un trabajo ínfimo, con un material deleznable y con poca o nada de dedicación.

A ello una de las presentes me preguntó: “¿y que hubieras hecho tú?” A lo que respondí: “Negarme a darlo. Solo aplico materiales seguros para uso en el hogar y si alguien tiene algún reparo que llame a otro”. Ella me dijo: por eso eres un profesional. Yo cuando hago un trabajo lo hago lo mejor posible y se que en ello va mi nombre y la imagen de mi empresa. Y si tengo que negarme a hacerlo lo hago.

Otra de las presentes nos comentó que nada de lo que habíamos hecho se parecía a lo que el otro profesional hizo y que se notaba la diferencia…

El mismo piso con una mano de poliuretano al agua.

Los parquetistas que les siguen el juego a los seguros o cualquier otro tipo de empresa que lo único que pretende es ganar más dinero y más deprisa, aun a riesgo de la salud del que los aplica o contrata y seguro que en detrimento de la calidad y duración del acabado, se hace un flaco favor a si mismo y a su oficio y con ello a su propio futuro.

El seguro quiere que el cliente se deje de quejar lo más rápido y barato posible, aunque con ello le den un producto de muy baja calidad y peligroso o incluso le arranquen el suelo para poner un laminado, siempre que esto sea más rápido y económico.

Es por ello, que (y esta vez la opinión es mía) siempre recomiendo a quien me llama que le pida una compensación económica al seguro y que no deje entrar a nadie de su parte. El 90% de las veces acabarás con un trabajo horroroso, que durará poco y un lijado menos en tu madera; o incluso peor, sin madera.