¿POR QUÉ EL BARNIZ DE UREA SE PONE BLANCO?

¿POR QUÉ EL BARNIZ DE UREA SE PONE BLANCO?
 

Los «afortunados» poseedores de uno de estos acabados ven con desesperación como sus suelos se tornan blancos, a veces por zonas y otras en su totalidad. Pues bien: ¿Por qué el barniz de urea se pone blanco?

Existen dos causas, una química y otra física.

El urea-formol es un polímero, como casi todos los barnices. Consta de una garrafa de urea y otra de catalizador. La resina de urea se encuentra en fragmentos de moléculas denominados «monómeros»

que al ser activados por el formol (formaldehido) se unen en cadenas largas y endurecen el producto, exactamente igual que en el poliuretano. Los barnices ni secan ni fraguan, polimerizan.

Desgraciadamente en este proceso quedan sueltos tres radicales libres en cada molécula de urea, lo que hace que se unan a cualquier compuesto orgánico, absolutamente cualquiera, hasta el agua. Al hacerlo dejan de ser inestables pero se forma un producto distinto, con diferentes cualidades, una de ellas es que es de color lechoso.

Por otra parte está la causa física. La madera cambia de tamaño constantemente según la humedad ambiental y de uso. Al ser el urea tan extremadamente duro, no es infrecuente que en climas de humedad y temperaturas muy cambiantes (alta variación térmica) como el castellano, el barniz se fisure y se cuartee en minúsculos pedacitos, lo que también le hace perder transparencia, como un golpe en un parabrisas.

Algo curioso es que cuando los monómeros de barniz de urea se cohesionan mediante la acción de el formaldehído, se libera como producto de la reacción una molécula de agua. Un urea, mal formulado en origen puede tornarse blanco simplemente por una formulación inadecuada. Ese agua sobrante no sale de la mezcla y se cohesiona con los radicales libres del urea-formaldehído y el producto resultante se torna blanquecino inmediatamente.

Sólo podemos intentar que la humedad y temperatura sean constantes en el hogar y procurar evitar la limpieza con excesiva cantidad de agua.

Este tipo de barnices nunca deben usarse sin un recubrimiento de otro tipo de barniz.

A algunos lumbreras se les ocurrió dar barniz al agua sobre él, y por supuesto se estropea.

Para que no envejezca de esa forma es mejor protegerlo con poliuretano. Cuando es así sólo se ponen blancos si la humedad viene de debajo de la madera, como por ejemplo una fuga o una obra de albañilería efectuada justo antes del parquet, sin dejar que se evapore el agua usada.

También cabe destacar ciertas abominaciones como mezclar agua con el barniz, para que satine y no sea brillante o para que no seque muy deprisa en verano, por supuesto estos se ponen blancos como un papel.

Cuando se le dota de un acabado en poliuretano los radicales quedan unidos a este.

Quiero añadir que en varios países se han prohibido porque siguen liberando lentamente formaldehido a la atmósfera tras su endurecido. Tan lentamente que cuando los lijas tras treinta años siguen oliendo a formol una barbaridad. No debéis estar en el piso cuando lo lijen, de hecho, al ser un producto tan duro, al lijarlo se rompe en minúsculos pedacitos, sin apenas masa, y las máquinas tienen muchas dificultades para aspirarlo.